La obsesión por la seguridad es cada vez mayor, principalmente tras conocer casi a diario empresas que han sido hackeadas o que han perdido sus datos tras una catástrofe o error humano. Entre las muchas medidas que las compañías comienzan a tomar, existe la de contratar un “ciberseguro”.
¿Qué es?
Se trata de una póliza en la que se cubren los daños provocados por una brecha en la seguridad que desemboca en pérdida de información esencial para la empresa. Este nuevo producto ha nacido en EEUU tras el sonado escándalo en el que JP Morgan sufría el robo de 76 millones de cuentas el pasado mes de agosto. Otras burlas a los sistemas de seguridad, como es el caso de la cadena de supermercado inglesa Tesco, han provocado la importación de los ciberseguros al viejo continente.
¿Qué requisitos debe tener una empresa para contratar un ciberseguro?
Basta con cumplir las condiciones que exigen las aseguradoras que ahora mismo ofertan este producto, Zurich Seguros y ACE Group; que tengan unas mínimas medidas de seguridad y protección, como por ejemplo: buenos sistemas de seguridad, formación en seguridad a los empleados, backups o planes de Disaster Recovery, en general, acciones que indiquen a la aseguradora que la compañía pone todos los medios para no exponerse a los peligros.
¿Qué puede cubrir un ciberseguro?
Tener contratado un ciberseguro puede ser positivo para la compañía, ya que tras una pérdida de datos, puede tener los gastos cubiertos en la recuperación de datos, la pérdida de beneficios, la descontaminación de los sistemas informáticos infectados, la restauración de imagen pública, la vulneración de diferentes derechos como el de propiedad intelectual, protección de datos o intimidad de las personas, o el incremento de los costes de explotación.
Aunque estas pólizas pueden dar cierta tranquilidad a los empresarios, lo cierto es que es imprescindible seguir invirtiendo en seguridad, ya que la pérdida de clientes y de confianza, así como el cese de la actividad de la empresa por una pérdida de información, puede traer consecuencias que no se arreglan con la indemnización del seguro y que pueden poner en jaque su futuro.